Una de las cosas que más me gustan cada vez que vengo a Córdoba, es dar un paseo matutino por la judería, este paseo siempre empieza atravesando el puente romano y al llegar al otro lado,nos espera la bella y misteriosa violinista del arco , como quien da la bienvenida a un lugar enigmático.Por lo mágico del momento,por hacer que parezca sencilla la exquisita ejecución de difíciles piezas de música clásica. Y en homenaje a los grandes músicos que dan personalidad a nuestras calles y que llenarían auditorios si alguien les diese una oportunidad.No puedo decir más que VOLVERÉ A ver a la violinista.
